jueves, agosto 31, 2006

miércoles, agosto 30, 2006

jueves, agosto 24, 2006

María Victoria

A 10 AÑOS DE SU LLEGADA ES SANO PARA MI COMPARTIR ESTA PEQUEÑA HISTORIA QUE FUE EL HITO QUE MARCÓ EL ANTES Y EL DESPUÉS DE LAS COSAS, LOS SENTIDOS Y LAS PALABRAS...


Las madres tienen una naturaleza que trasciende la femineidad: desde el momento de la fecundación, se crea una suerte de independencia sustancial, mas no racional, de ese status continente de nueva vida y el nuevo ser propiamente tal. En esa mirada digna se argumenta el hecho de poder sobrevivir a la soledad optada o al abandono irresponsable de los que no pueden superar lo básico de ser irremediablemente machos, "perdiéndose" participar de esa dimensión especialmente mágica de la espera por nacer.

Hablo con propiedad: he sido madre. Y me aferro al pretérito perfecto porque no hay circunstancia que pueda arrancarte esa especie de raza maternal, a pesar de no haber hijo tangible.

María Victoria nació un 10 de septiembre de 1996, transparente y tranquila, el cordón le había dado cuatro vueltas al cuello impidiéndole tomar posición, por tanto su primera forma de ver el mundo fue podálica... Nació por cesárea, cuyo dolor es posterior y permanente: comienza de a poquito sin saber si es peor que el hecho de no poder levantar la cabeza durante varias horas, aunque estas reflexiones vienen después, en ese instante nada de eso importa. En la Sala contigua a la que estás se oye un coro de niños estrenando pulmones y no evitas intentar reconocer el llanto de tu bebé, de este modo el dolor es nada y una felicidad de cielo te acaricia las heridas, a pesar de todo.

Las primeras horas de aquél día maravilloso fueron de felicidad pura, una sensación de tibieza anímica como si un ángel te untara con miel la vida: lo que ayer fue terrible y determinante en ese instante se vuelve trivial, liviano y olvidable: tu hijo es lo único que importa y asumes una nueva categoría vital.A las 7 de la tarde comenzó a oscurecer... a casi todas las mamás de mi sala ya les habían entregado sus bebitos, menos a mí. Entonces, una matrona pregunta por mi nombre. Se lo dije ansiosa, pensé que me traían a mi hija. Y así fue: envuelta en una mantita roja con monitos adorables la acerca a la cama y me explica que la niña se ha puesto azul, que seguramente no es nada demasiado malo, pero que es necesario llevarla a Neonatología para que la observen... y le susurra “Despídase de la mamita” . La besé.

Era necesario llevarla a Santiago, sólo allá podían operarla, para ello había que estabilizarla con unas drogas que no había en este hospital de pobres, como yo, y en ninguno hasta donde alcanzaba mi mirada...

Recordé a ciertos filósofos dibujando la angustia de los hombres como un tratar de aferrarse a la nada, como un vacío ontológico que devela, sin embargo, al ser... ¿qué ser? Eso sentí. También recordé a Huidobro cuando fui una flor de contradicciones y a Alfonsina en su mar de desesperación. Todos mis amigos de papel acudieron a entregarme sus razones y ninguna de ellas me dio lo que necesité: paz. Fueron días de madurar, de estrenarme como madre en la puerta de Cuidados Intensivos, de rogar que me dejaran entrar y después de lograrlo, volver a implorar que se extendieran los cinco minutos “la vida es eterna en cinco minutos”. Preguntas, trámites, explicaciones, llamados telefónicos, la solidaridad ilimitada de mi madre, el regreso oportuno de mi padre, el llanto que quisiera haber reprimido y la duda que no me abandonó.

Mi angelito volvió a su casa, a los diez días de haberme mirado a los ojos y confesarme que esta vida era sólo una estación. En los segundos que me regalaba a diario, solía argumentar con su dedo meñique en mi manota llorosa, la fortaleza de su humanidad ínfima y su espíritu de marinera. No era mía.

El día de su partida, recorrí el planeta con 12 puntadas en el vientre y aliento de atleta, buscando la droga que sería el puente de vida, antes de una cirugía en la capital que nunca llegó a ser... Fue una posta de amor de gente que nunca conoció a mi niña ni a sus ojos de actriz de cine: la tía de Santiago que pagó los itantos miles de pesos que costaba esa caja chica con ampollas de ilusión, confiando en el depósito que le haría mañana, la amiga y madrina trunca que me llevó en su cafeterita hasta el aeropuerto a 200 km/hr., haciéndose invisible para los carabineros que no nos vieron volar... y mi infaltable compañera, que ya trascendió de ser mi madre para ser la que me animó literalmente a seguir conjugando el verbo vivir: estafeta de esperanza, bruja buena que se viste de negro, bella inmortal... creo que la Gicky se parecía a su abuela. Cuando llegamos al hospital, la matrona nos contó que hace sólo cinco minutos que María Victoria había emprendido el vuelo a los brazos de su Padre.

Dormí como dos semanas sin cerrar los ojos, vi pasear a mi lado a millones de viudas de hijos, que lloraban más que yo y a las que tuve que consolar. Fue extraño que las condolencias las otorgara yo a los que visitaban mi féretro móvil, que yo pensé ocultar muy bien con mi máscara de comedia irónica, de vergüenza esencial, de duelo soportable. Así pasé dos semanas como insomne en el ocio que te otorga el dolor cuando rehusas llorarlo, intentando no mirar ni caras ni caretas.

De pronto, recordaba relámpagos momentos como álbum de fotografías reconstituyendo la escena ... abrí la caja de regalos que llegaron el día de su nacimiento, las tarjetitas de felicitaciones, lo vestiditos rosados, el tete que no quería darle, los pañales limpios y un irónico Diario de Vida.

En ese librito tierno escribí lo grande que fue María Victoria, con su nombre de virgen y de reina, con su transparencia de angelito y su mirada de anciano, la hijita eterna que no llenaré de flores en su cumpleaños pero sí en su nombre daré sentido a la palabra solidaridad... es que, a pesar de haber vivido sólo diez días, me hizo sentir orgullosa como madre ¿Les cuento por qué?

Las ampollas de droga pediátrica que ella donó al Hospital de Antofagasta sirvieron para salvarle la vida a otros niños con corazón de pajarito, para que no estrenen sus alitas si se pueden áun guardar... Me lo contó un padre feliz que llegó hasta mi casa a dar gracias. “No me las des a mí... busca una estrella, la más hermosa, y salúdala a nombre de tu hijo y de los hijos de los otros que sabrán que se llamó María Victoria”Este señor nos contó que él debía recuperar la droga al hospital, en cuanto pudiera hacerlo y que de este modo ya nunca habrá cinco minutos de cielo para otro niño azul.
Sus hermanos menores… (gemelos por mágica compensación), Matías, el niñito que nació el día en que ella murió, y todos los que sobrevivieron después, algún día no muy lejano podrán leer la historia de María Victoria que nació para iniciar esta cadena de solidaridad, intentando mitigar la dolorosa realidad de vivir a tantos kilómetros del "centro de la injusticia"...


jueves, agosto 17, 2006

ADIOS

¡Otoño ya! - Pero ¿por qué añorar un eterno sol, estando comprometidos en el descubrimiento de la claridad divina, -lejos de las gentes que mueren con las estaciones? Otoño. Nuestra barca alzada en las brumas inmóviles gira hacia el puerto de la miseria, la ciudad enorme con el cielo manchado de fuego y de lodo. ¡Ah! ¡Los harapos podridos, el pan empapado de lluvia, la embriaguez, los mil amores que me crucificaron! ¡Nunca, pues, se acabará esta vampira reina de millones de almas y de cuerpos muertos y que han de ser juzgados!
Me veo de nuevo con la piel roída por el fango y la peste, llenos de gusanos el pelo y las axilas y con gusanos todavía más gruesos en el corazón, tumbado entre los desconocidos sin edad, sin sentimientos… Habría podido morir allí… ¡Horrorosa evocación! Abomino de la miseria. ¡Y me asusta el invierno, porque es la estación de la comodidad!-
A veces veo, en el cielo, playas sin fin, cubiertas de blancas naciones alegres. Un gran bajel de oro, por encima de mí, agita sus banderolas multicolores a las brisas de la mañana. He creado todas las fiestas, todos los triunfos, todos los dramas. He tratado de inventar nuevas flores, nuevos astros, nuevas carnes, nuevas lenguas. He creído adquirir poderes sobrenaturales. Pues bien, ¡tengo que enterrar mi imaginación y mis recuerdos! ¡Una hermosa gloria de artista y narrador, echada a perder!¡Yo! ¡Yo, que me dije mago o ángel, dispensado de toda moral, he sido devuelto al suelo, con un deber por encontrar y con la rugosa realidad por abrazar. ¡Campesino! ¿Me equivoco? ¿Será la caridad hermana de la muerte, para mí?
En fin, pediré perdón por haberme alimentado de mentira. Y adelante. Pero ¡ni una sola mano amiga! Y ¿dónde hallar socorro?
Sí, la hora nueva es por lo menos muy severa. Porque puedo decir que la victoria me ha sido otorgada: el crujir de dientes, el chisporroteo del fuego, los suspiros apestados, van moderándose. Todos los recuerdos inmundos se borran. Mis últimas añoranzas levanta el vuelo, - celos de los mendigos, de los bribones, de los amigos de la muerte, de los rezagados de toda índole. - Condenados, ¡si yo me vengara! Hay que ser absolutamente moderno.
Sin cánticos: mantener el terreno ganado. ¡Dura noche! La sangre seca me humea en el rostro, y dentro de mí no tengo sino ese horrible arbolillo… El combate espiritual es tan brutal como la batalla de los hombres; pero la contemplación de la justicia es poder exclusivo de Dios.
Es, no obstante, la víspera. Acojamos todos los influjos de vigor y de ternura auténtica. Y cuando llegue la aurora, armados de una ardiente paciencia, entremos en las espléndidas ciudades.¡Qué decía de mano amiga! Una buena ventaja es que puedo reírme de los viejos amores engañosos, y cubrir de bochorno a las parejas embusteras, - he visto, allá abajo, el infierno de las mujeres; - y me será lícito poseer la verdad en un alma y un cuerpo.

Arthur Rimbaud (Abril-agosto, 1873. )
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jueves, agosto 10, 2006


INVITAMOS A TODAS LAS ORGANIZACIONES, INTEGRANTES Y AMIGOS DEL COMANDO DEL COBRE DE ANTOFAGASTA ESTE VIERNES 11 DE AGOSTO A LAS 10 A.M. A UN ENCUENTRO CON ORLANDO CAPUTO, GERENTE GENERAL DE CODELCO DURANTE EL GOBIERNO POPULAR DE SALVADOR ALLENDE, PERIODO EN QUE SE NACIONALIZARA NUESTRO PRINCIPAL RECURSO (Y QUE HOY EN SU MAYORIA ESTÁ EN MANOS DE EMPRESAS TRANSNACIONALES...)

CON ÉL ANALIZAREMOS LO QUE FUE EL CABILDO DEL 11 DE JULIO, LA RECOLECCION DE FIRMAS, LA MISIÓN DEL COMANDO Y TODAS LAS TEMÁTICAS QUE SURJAN (TALES COMO LA HUELGA DE LOS TRABAJADORES DE ESCONDIDA) PERO SOBRE TODO LA REALIZACION DEL PLEBISCITO IMPULSADO POR NUESTRO COMANDO, EL QUE YA FUE AUTORIZADO POR EL ALCALDE ADARO Y EL CONCEJO MUNICIPAL PARA ANTES DE FIN DE AÑO .

EL ENCUENTRO ES ESTE VIERNES 11 DE AGOSTO A LAS 10 AM EN WASHINGTON 2527 2º PISO EN LA SEDE DE LA UNION COMUNAL DE JUNTAS DE VECINOS Y DEL COMANDO DEL COBRE. LES ESPERAMOS.


COMANDO DE RECUPERACION DE FONDOS DEL COBRE





FOTOS DE MURALES, GENTILEZA DE
"
CHILE: BREVE IMAGINERÍA POLITICA"
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viernes, agosto 04, 2006

"Hay Que Hacerse De Nuevo Cada Dia"

Hay que hacerse de nuevo cada día
poner en un cordel cada derrota
colgar en nuestra historia unos pañales
que digan: "seguimos intentando".

Hay que hacerse de nuevo cada día
ponerse muy temprano los zapatos
que nos lleven hacia el arco iris
donde está la idea, el fruto, el canto.

Tenemos que juntar nuestras verdades
tenemos que reír a toda costa
tenemos que inventarnos la esperanza
hay que hacerse de nuevo cada día.

Hay que pintar de nuevo este paisaje
buscarnos nuevos lentes de contacto
conseguir un nuevo silabario
nuevas carreteras y aeroplanos.

Hay que hacerse de nuevo cada día,
subiendo de la mano la montaña
no harán por nosotros la tarea
de fundar ciudades del mañana.

Tenemos que juntar nuestras verdades
tenemos que reír a toda costa
tenemos que inventarnos la esperanza
hay que hacerse de nuevo cada día.


Nota: No sé si alguien pueda decirlo mejor que Schwenke y Nilo o los muralistas desde hace 100 años... pero es desde las entrañas de donde surgen las respuestas que ni la ciencia ni la filosofía, ni aún la historia, pueden resolver mejor... estoy pa' dentro...

sospecho que tantos cabezazos contra los mismos muros a algunos les provoca una dulce y cómoda adicción...

martes, agosto 01, 2006