¡¡¡LAS MUJERES ARRIBA!!!

Cierta vez, usando esta consigna en una de las tantas actividades de Mujeres del Norte, alguien me preguntó ¿por qué “las mujeres arriba”? a lo que respondí ¿y por qué no?

Cada vez menos me gusta eso de tener que andar justificando nuestra participación, presencia, protagonismo o como quieran llamarle. (Me distrae) Hay una historia larga de sangre, sudor y fuego por la conquista de nuestros derechos (que seguimos dando, por cierto), pero que ha pasado a una siguiente fase, un peldaño más arriba, es decir, no como una “causa” separada en los procesos históricos que vive nuestro país y el mundo, sino como parte de ese antiguo anhelo de construir una sociedad más justa e igualitaria.

Espero que no suene a discurso, y aunque parezca básico, debemos entender que no somos ni peores ni mejores que los hombres, de este modo podemos focalizar mejor cualquier movimiento por mejorar nuestra calidad de vida en la pirámide de las necesidades, y por tener nuestra cuota proporcional de voz y decisiones donde corresponda. Más fácil con un ejemplo: si luchamos por igualdad en nuestros salarios, lo hacemos a partir de que a las mujeres se nos pague menos que a los hombres, sí, pero no sólo porque seamos mujeres, sino porque existe un modelo político, económico y legal que así lo permite. Es para ambos géneros que corre “a igual trabajo igual salario”, si no veamos lo que sucede con los trabajadores y las trabajadoras subcontratados del cobre…

Me queda claro que la contradicción a resolver no es MUJERES v/s HOMBRES, aunque sigo convencida del título de este post...