Para siempre quedará reservado el rincón invisible para tu irremplazable compañía, en cada escondite que funde mientras siga latiendo la rebeldía... sólo el cielo de agujeros brillosos e influencias benditas, fue testigo y espejo del caudal apasionado en que fluimos... sin palabras... de a poco me desangro hasta la desembocadura de tu mañana, en el que ya no estoy, a pesar que en su curso hay gratitud y esperanza: "gracias por haber sido mi compañero, espero que conjugues en serio el verbo vivir..."
Sin saberlo me has dejado dos regalos: la libertad, sin tu presencia controladora de mi locura genial, bizarra, insultante y la soledad, adherida a la emancipación y su vestidura de recuerdos, primates en la historia de las heridas ... yo creí ...
Guardaré celosamente la imagen de tu alma transparente, negadora de disfraces que a diario precisabas para los otros y que al decidir vestirlos de uniforme, te mataron en mi cosmos sin retorno... a pesar que en forma de tesoro invaluable contemplaré la valentía caritativa de haber compartido un trozo de mi demencia sentimental...
pero, no te preocupes, me comeré lo lúdico de tu sacrificio y su inevitable final aburrido, porque no tengo un recipiente para depositar razones, sólo poseo la infinitud que me protege de límites y cruces... me conoces, amor, jamás te clavaría condiciones en las manos y en los pies para ponerte un traje a mi medida... menos aún te daría plazos para negarte a ti mismo, pensando en lo que egoístamente para alguien podría ser "lo bueno", "lo adecuado", menos te pediría indemnizaciones como garantía de fidelidad... sería no respetar tu esencia, sería "inventar" a alguien que no eres... a mí me gustas así, mezcla de hormonas adolescentes y mañas de abuelo, ingenuidad y perspicacia, gravedad y humor... amo tus contradicciones compañero, me aburre lo predescible... qué lástima haberte perdido...
lunes, noviembre 07, 2005
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