lunes, noviembre 07, 2005

ESPIRAL SINCOPADO


nuevamente las sábanas negras pendiendo de las rocas, las cataratas nocturnas y el gas permeable, demostrándome por vez enésima que soy la peor alumna de la escuela vital… definitivamente tengo neuronas negadas para aprender a ser feliz… definitivamente hay algo que no he sabido, que no he captado, tal vez que ni siquiera he visto… ¿estupidez emocional? ¿imbecilidad emocional? ¿con qué evalúo esta torpeza que me esencia a pesar del esfuerzo?

Y es como si de repente despertara y me viera en el espejo siendo yo otro espejo, reflejando mi estupor infinitamente hasta llegar a la noche y hacer la pregunta del millón (las hadas volvieron de las vacaciones de infierno)

Salí tantas veces que pudiera sentir ésta como una más… no sé… nunca sé… ya no me quedan mejillas… no me pegues más, por favor!!!! Me digo a mí misma, mientras espero el tsunami.

¿sería muy cursi decir que me rompiste el corazón? Las frases clisé dejan de serlo cuando no hay otra que signifique mejor.

La máscara comenzó a derretirse de decepción.

Cuando la sentí entre las rodillas, sin poder ocultar decepción y vergüenza, la recogí y la disfracé de risa, no muy segura de convencer.
La risa, mi mejor disfraz. No sé si con la careta destruida podré seguir en este baile, no sé si los corazones rotos tienen derecho al masoquismo.

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No he vuelto a mirarte a los ojos desde que murió la ilusión de los míos. Y es que temo volver por más dolor.

Te envío mensajes abiertos buscando un guiño cómplice… como placebo… como consuelo… como la cuerda que podría servirme para asirme o deshacerme de esta vida.

No quiero la gracia de los dioses… maldigo la tarde en que me hicieron pitonisa… casi siempre adivino sólo mis pesares… las espaldas me persiguen, los desprecios me ligan. Ruego a las alturas poner fin a esta historieta.

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