(¿Y qué hago con la filosofía que pensé sería la madre de todas mis lienzas, el griego con que amé a Heráclito y a su fuego lleno de dioses, el latín con que recé “Concede nobis, Misericors Deus...” el tomismo que combatí sin saber bien de qué se trataba, la dialéctica que me rompe la cara día a día, noche a noche, síntesis a ... mis amores platónicos y odios aristotélicos, los sombreros negros, la bruja y los horizontes paralelos, los soles y lunas de mis sueños , el equinoccio de primavera y el aviso del duelo, la bienvenida y el epitafio, los ojos de sur y la serpentina en la cola del perro, y con esta mujer que buscó incesante la naturaleza femenina del ser mientras se drogaba con tu risa y tu mirada? )
Qué hago, dime tú, con este espacio sangriento y salado que me hundió el pecho y los sueños... ?
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